viernes, 13 de mayo de 2016

Preparación para Pentecostés: Sí o no...

Hoy el amor brota por todos los lados. Desde la advocación mariana de la Virgen de Fátima hasta ese bello texto de San Juan 21,16. Dice un autor H. J. M. Nouwen:

El misterio insondable de Dios consiste en que Dios es un enamorado que quiere ser amado. El que nos ha creado está esperando nuestra respuesta al amor que nos ha dado la vida. Dios no nos dice sólo: "Tú eres mi amado", sino que también nos dice: "¿Me amas?", y nos proporciona innumerable posibilidades para responder "sí". En eso consiste la vida espiritual: en la posibilidad de responder "sí" a nuestra verdad interior.

Comprendida de este modo, la vida espiritual cambia radicalmente todas las cosas. El hecho de haber nacido y crecido, haber dejado la casa paterna y buscado una profesión o seguir una llamada a la vida monástica, ser alabado o rechazado, caminar y reposar, orar y jugar, enfermar y ser curado, vivir y morir..., todo puede convertirse en expresión de la pregunta divina "¿Me amas?". Y en cualquier momento del viaje existe siempre la posibilidad de responder "sí" y de responder "no".

¿A dónde nos lleva todo esto? Al "sitio" de donde venimos, al "sitio" de Dios. Hemos sido enviados a esta tierra para pasar en ella un breve período y para responder, a través de las alegrías y los dolores durante el tiempo que tenemos a nuestra disposición, con un gran "sí" al amor que se nos ha dado y, al hacerlo, volver al que nos ha enviado con ese "sí" grabado en nuestros corazones.


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