lunes, 21 de noviembre de 2016

Santa Cecilia: LA MÚSICA...

Os comparto el testimonio de Hildegarda, cómo vivía, sentía la música como monja:

Hildegarda, cuidaba que las hermanas no se concentrasen sólo en la voz, sino que tuviesen conocimiento del cuerpo en su totalidad, ya que es la caja de resonancia y el instrumento. Con frecuencia acompañaban el canto con movimientos en forma de danza. Así era más fácil sentir cómo se movía en el cuerpo la música al ritmo majestuoso de las horas, de las estaciones, de las órbitas perfectas de las estrellas currens per anni circulum. Trataban de explicar que la música no es sólo arte o ciencia, sino liturgia. Y toda la liturgia es la mimesis de la armonía que preside la circulación divina, la escansión de formas y ritmos que, de acuerdo con la belleza de la creación, no reflejan e absoluto lo necesario y lo debido, sino que irradian gracia, que es esplendor gratuito, derroche delicado.

Para los ensayos, Hildegarda, se proveía de un poco de incienso para quemarlo en el brasero. Éste valía para calentarse en las estaciones frías. También tiene el poder de disipar la respiración agitada y liberar la ansiedad de la mente.

Además, recuerda al perfume delicioso del nardo con el que la mujer, Magdalena, había lavado los pies del Señor junto con sus lágrimas. Por eso la había acusado de gastar demasiado dinero en el nardo precioso en vez de socorrer a los pobres. Pero Cristo advirtió a aquellos criticones que la verdadera celebración no está en lo útil, sino en lo superfluo otorgado con manos ligeras.

Esto tiene que ser la música para una monja cisterciense. No simple oración, sino algo más fino y potente al mismo tiempo, el derroche delicioso en el que el alma se consagra.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Gertrudis la Magna...

El deseo de Dios: Una gran crisis que empezó durante el adviento de 1280, va a hacer que Gertrudis se sienta sumergida en una profunda tristeza, pero aquel lunes 27 de enero de 1281, teniendo 26 años va a marcar toda su vida. Es significativo que ella misma cuente tres veces esta conversión.



Lo que ocurre en este día va a ser un encuentro con un joven:
“… Al levantar la cabeza en medio del dormitorio… vi a un joven amable y delicado como de unos diez y seis años, cuyo aspecto exterior no dejaba nada por desear a mis ojos. Con esa hermosura deseable a mi juventud que me atraía. Con rostro atrayente y dulce voy me dijo: “Pronto vendrá tu salvación. ¿Por qué te consumes con tristeza? ¿Por qué ventura no tienes quien te aconseje que así se ha renovado tu dolor?"Memorial II,1

En este encuentro con el joven Jesús, vemos en Gertrudis un corazón enfermo de soledad, necesitado de un confidente, de un amigo. Y la visión le proporciona todo lo que deseaba, porque conocía Jesús sus deseos más íntimos, mejor que ella misma. “Un joven cuya identidad se le revela al mostrarle sus llagas. La persona de Cristo cautivó a Gertrudis. Y fue para siempre".

A partir de aquí todo va a cambiar, su visión, su forma de enfocar la espiritualidad, centrada en la Humanidad y Divinidad de Cristo. Se puede llegar a decir que “lo primero que se encuentra en los escritos de Gertrudis es Cristo, una cristología, pero de Cristo se sube incesantemente al Padre, a la Trinidad. El centro y el vértice de la atención de Santa Gertrudis no es simplemente Cristo, ni simplemente la Trinidad, sino que su mente sigue una dialéctica cristológica-trinitaria.


martes, 15 de noviembre de 2016

Página en blanco...

Leía en un autor, que hoy es un espacio de tiempo absolutamente virgen, que no has vivido jamás. ¿No te parece una auténtica maravilla que cada amanecer recibas el regalo de veinticuatro horas a tu plena disposición para que las llenes como te venga en gana? Esta página en blanco de un nuevo día es el regalo más extraordinario que recibimos. En ella podemos escribir lo que queramos. Nadie lo  hace por nosotros. Nosotros lo decidimos. Puedes escribir alegrías, tristezas... depende de ti.


Hoy comienzo...


viernes, 11 de noviembre de 2016

Cómo va nuestro corazón?...

El domingo se clausurará el año de la misericordia. Un tiempo de gracia inmensa.

En este año Dios ha venido a visitar el sufrimiento de muchas personas. Su misericordia va a visitarnos de manera especial ahí donde estamos heridos, donde nuestro corazón es un corazón de piedra, ahí dónde aún se encuentra cerrado. Cuando el corazón se encuentra cerrado es como una tumba, tumbas que encierran algo de muerte. Y cunado la misericordia de Dios nos sana y abre nuestras tumbas es como una obra de resurrección que el Señor hace en nuestras vidas. Por eso tenemos que ponernos del lado de la misericordia, de la vida, de resurrección. Aunque se termine, hay que seguir de ese lado MISERICORDIOSO.


domingo, 6 de noviembre de 2016

Segundo encuentro monástico...

Ayer se celebraba el segundo encuentro monástico de este curso. En el participaron: Avel, Casilda, Inés, Rosa y Magdalena. Gracias por vuestra vida.

Quien nos guio en el conocimiento de nosotros mismos y de Jesús fue: PEDRO. Su vida, su evolución, su camino era el vivo reflejo del nuestro. La clave fue CRECER.

Hubo momentos intensos en los diálogos y sobre todo en ese rato profundo a los pies de Jesús en el Santísimo Sacramento. Una experiencia que ha quedado graba en nuestros corazones.

Una de las participantes nos compartió: Yo venía buscando algo y lo he encontrado.

                                       Una de las participantes ante el Santísimo Sacramento

¿Qué son los encuentros monásticos?...

¿Qué son los encuentros monásticos?...