viernes, 30 de marzo de 2018

Pedro en el sufrimiento...

«Él va a morir por mí, que soy una persona de la que yo mismo me avergüenzo»: he aquí la penitencia de Pedro: «Apártate de mí, que soy un pecador» en comparación contigo; ahora, por el contrario, el término de comparación es la caridad del Señor: «Al fin comprendo que El me ama y quiere que me deje amar». A Pedro se le han caído las escamas de los ojos: ha visto cómo siempre se había negado a dejarse amar de veras, a dejarse salvar plenamente por Jesús; quería que el Señor no le amase tanto.
COMPRENDER EL AMOR DE JESÚS ES RENDIRSE ANTE ÉL EN LA CRUZ.

jueves, 29 de marzo de 2018

Pedro en la última cena...

Tratemos de ponernos en la piel de Pedro, a quien Jesús interpela tan triste y amorosamente: «¡Simón, Simón!». Lucas, pues, no nos presenta los aspectos más negativos de la presunción de Pedro. Pedro es objeto del reproche amoroso de Jesús: «Pedro, no comprendes la situación real, te equivocas, no entiendes lo que sucede a tu alrededor: estás tan seguro de ti, de tu capacidad de hacer algo por mí, que casi te consideras tú como mi benefactor, como mi salvador. Fíjate, Pedro, en que he sido yo quien ha rogado por ti, que eres tú quien tiene necesidad de mi oración. Tu fe está en peligro, y yo he orado por ti para que puedas ayudar a los otros, pero sólo cuando al fin te hayas convencido». Es un ejemplo de delicadeza, porque lo que quiere decir es que Pedro se encuentra al borde del abismo, al límite, y que, creyendo estar ayudando a Jesús a llevar la cruz, es él quien está a punto de irse al traste. Y Pedro responde con bellísimas palabras: «Señor, contigo al fin del mundo». ¿Podríamos pensar en algo más hermoso que esto?  

QUIERO FELICITAR A LOS SACERDOTES. HOY ES VUESTRO DÍA. 
Un recuerdo especial a aquel que pone su servicio, su tiempo, su vida para cuidar el alma de quien está detrás de estas letras. VA LA ORACIÓN POR VOSOTROS.

domingo, 25 de marzo de 2018

Tanto amor...

La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén tiene aires de aclamación real: "¡Bendito el que viene como rey en el nombre del Señor!",

¡¡¡IMPRESIONANTE!!!

Las cualidades de su reino son:

- El Reinado de Jesús está comenzando con su Pasión - hoy leeremos su Pasión-.
- El precio que hay que entregar para adquirir el reino de Jesús está ligado al sufrimiento de Jesús. Jesús ya pagó el precio con su sangre derramada.
- La llave de entrada en el Reino de Dios es la cruz de Cristo.
- El primer trono de nuestro Rey fue la cruz. Desde este primer trono Jesús comienza a ganar a sus primeros súbditos: María; el buen ladrón; José de Arimatea; Juan... Puede estar nuestro nombre.

domingo, 18 de marzo de 2018

XIII Encuentro Monástico...

Ayer sábado día 17 de Marzo vivimos el XIII Encuentro Monástico. Siempre el Espíritu Santo nos sorprende y nos lleva por senderos que desconocemos.

Gracia Abel, Inés, Magdalena, Mercedes, Raquel y Juan Pablo por crear ayer una comunidad de vida. También agradecemos a todas esas personas que oran por estos encuentros.

Por la mañana recorrimos el camino de la penitencia con Teófilo. Descubrimos algo importante; el calificarnos no como hombres y mujeres pecadores sino como hombres y mujeres amados de Dios. 

SOY AMADO DE DIOS

Este es el camino de esta cuaresma: el amor es lo mas grande.

El momento de la exposición fue de intercesión. Oramos por los presentes y oramos por los que han compartido con nosotras en estos Encuentros Monásticos. Son tantos nombres y rostros que se llenaba el corazón de agradecimiento a Dios.

En el compartir de la tarde salieron muchos aspectos a tener en cuenta. Destacamos alguno de ellos:


- La persona vale por sí misma, no vale por lo que hace, sino por lo que es; por ser persona.

- Para escuchar realmente se necesita ir con calma por la vida. Las prisas no te dejan ver las necesidades de los otros.

- Hoy se habla mucho de solidaridad pero descubríamos que hay una carencia en la sociedad y es la falta de escucha; de respeto hacia el otro; de creer en el otro.

- Hoy no se creer tampoco en la gratuidad. Cuando deseas escuchar al otro porque me importa el otro, porque creo en Jesús, sientes que eres mal mirado. Nadie se cree que tú quieras ayudar o escuchar al otro por el otro, sin ningún interés.

GREER EN LA GRATUIDAD, CREER EN EL AMOR OBLATIVO.

-El silencio es peligroso porque nos conduce a conocernos a nosotros mismos; y lo que nos vamos a encontrar muchas veces no nos gusta y lo que hacemos es huir.

HACER SILENCIO ME AYUDA A CONOCERME

-No puede darse el amor sin conocimiento y a la inversa.

AMARSE ES CONOCERSE Y CONOCERSE ES AMARSE

Dios os bendiga Inés, Magdalena, Abel, Mercedes, Juan Pablo y Raquel con aquello que en estos momentos más necesitáis. 


martes, 13 de marzo de 2018

Hacia el final...

En esta IV semana de Cuaresma, en Monte Sión - Toledo- se está viviendo el final del curso de formación de postulantes y novicias, que comenzó el 17 de Enero del 2018.

Este mismo domingo IV de cuaresma se graduaban tres novicias. Han realizado los cinco cursos de formación y ahora comienza un nuevo camino en la vida monástica. Fue un día precioso.


Pues bien, en este domingo en que el lugar a ir es el del CORAZÓN.Ahí donde el tiempo vivido minuto a minuto con Jesús, adquiere un significado nuevo. Él se presenta como elevado a la cruz, pero también como glorificado. En Él se nos brinda a volver al corazón y a ver el amor desconcertante de Dios.

sábado, 3 de marzo de 2018

Lugares cuaresmales: el templo...

Te compartíamos el domingo pasado los lugares para esta cuaresma: el DESIERTO, el primer domingo; la MONTAÑA el segundo domingo. Y, este tercer domingo es el TEMPLO.

Jesús va al templo y con el látigo comienza a sacudir todo, porque el templo es el lugar de la oración y lo han convertido en una cueva de bandidos. Pues bien, el templo es nuestra alma e igual Jesús, en este tiempo de cuaresma, también tiene que entrar en ella y coger el látigo, porque está llena de sabandijas y bestias, como diría Santa Teresa.

El templo es el lugar de la oración, no de reflexionar sobre nuestros intereses y cavilar, realizar nuestros proyectos. ¿cómo es mi oración? ¿Quién es el centro de interés en la oración, Dios o mi propio yo? ¿En la oración de qué hablo? Soy yo con mis agobios, expectativas quien pone distancia, creo muros que dificultan la oración y me cierro. Todo esto son trampas mecanismos de defensa que me dificultan en el modo de avanzar de Jesús.

Con Él de la mano me pregunto ¿cuándo rezo tiendo a hablar o a escuchar? ¿De qué hablo? ¿Qué deseos se suscitan en mí?

viernes, 2 de marzo de 2018

La envidia...


Reconocer la envidia y comprender su significado puede ayudarnos a bregar con ella cada vez que sintamos los efectos dañinos de sus embates. Si no la traemos a nuestra conciencia, podemos acabar fácilmente siendo presas de la envidia propia o ajena.
Ciertamente la envidia nos afecta a todos en algún momento, a pesar de nuestras mejores intenciones y de cuantos intentos hagamos por superarla.
La liturgia de hoy nos presenta la envidia en la historia de José, hijo de Jacob. José fue víctima de los celos de sus hermanos cuando vieron que, según dice el texto:“Israel amaba a José más que a todos sus demás hijos, por ser para él el hijo de la ancianidad. Le había hecho una túnica de manga larga. Vieron sus hermanos cómo le prefería su padre a todos sus otros hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle” (Gn 37, 3-4). Y además los sueños de José despertaron el odio en sus hermanos, cuyos celos acabaron en convertirse en envidia asesina.
La causa principal de la envidia de los hermanos de José es la preferencia. Detrás de la preferencia está el más que…o la desigualdad, pero no es odiado Jacob, que es el que tiene la preferencia, sino José por ser tratado con más amor o distinción. Pero el odio crece, por tercera vez se repite esta frase (vv 4.5.8) lo que indica una intensidad en el rechazo de las pretensiones de José el soñador. Los hermanos escondieron en el silencio su envidia y cobardía, ocultaron sus perversos deseos, por eso se incubó y creció la envidia. Estos se habían ido muy lejos a buscar pastos y vieron desde lejos a la persona odiada. José que no odia no puede distinguir desde lejos, necesita acercarse. La amistad es de cerca, el odio de lejos. Ahí está el soñador, dirán sus hermanos, y puesto que la túnica había sido la concreción de la preferencia paterna, dicho símbolo será quitado. Le arrancaron la túnica.
La envidia nubla nuestra mente, por eso es necesario conocer la dinámica que tiene esta emoción. La envidia brota de un deseo humano de plenitud. Surge de una sed profunda de lo bueno, y de una desesperación similar para poder obtenerlo. Cuando percibimos que algo es bueno, nos sentimos atraídos hacia ello. Necesitamos sabernos cerca o poseerlo. Eso sucede si “lo bueno” es otra persona, un objeto material, una belleza de la naturaleza, o algún rasgo valioso como la felicidad o generosidad. La envidia guarda una relación directa con la bondad. La envidia entra en nuestro corazón cuando nos desesperamos ante la perspectiva de no poder recibir las cosas buenas que deseamos. Nuestro sentido de frustración y desesperación se convierten en el caldo de cultivo de la envidia, que florece allí donde falta la esperanza. Esto explica tanto nuestro padecimiento cuando alguien triunfa, como la alegría secreta que sentimos ante el fracaso ajeno.
La envidia es fruto de ignorar el deseo más hondo de nuestra naturaleza humana. El deseo del hombre nos lo expresa S. Agustín: “Nos has hecho para ti, oh Dios, y nuestros corazones no estarán en paz hasta que descansen en ti”, expresa la verdad acerca de nuestra aspiración más íntima, ese anhelo que nos deja con la sensación permanente de ser incompletos, y con el deseo de más.
Es precisamente la dimensión infinita de nuestros deseos la que nos hace añorar nuestra plenitud. Cuando no aceptamos conscientemente ese aspecto de la condición humana, nos volvemos seres frustrados y envidiosos. Olvidamos que somos criaturas destinadas a hallar nuestra totalidad o plenitud únicamente en el amor de Dios.
La envidia nos hace creer que si tuviera esto o aquello me sentiría realmente completo, pleno. Pero a medida que la experiencia nos va dando evidencias repetidas de que en realidad eso no es así, la desilusión se instala en nuestro corazón, y podemos llegar a odiar.
Entonces, la clave está en aceptar nuestras limitaciones y nuestras pérdidas como parte de la vida; y descubrir que tengo un deseo grande que no se llena con cosas y personas exteriores.

¿Qué son los encuentros monásticos?...

¿Qué son los encuentros monásticos?...