domingo, 18 de diciembre de 2016

Te comparto mi experiencia...

Estamos en la última semana de Adviento. Pronto llegará el gran día donde celebraremos el cumpleaños de JESÚS - DIOS CON NOSOTROS.

En la liturgia de hoy, hay algo que ha tocado mi corazón y te lo quiero compartir.

En Is 7,10-14 al final dice: "... y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios con nosotros"." Me parece sumamente importante el nombre. Llamar a la persona por su nombre muestra cercanía... Ayer por la mañana vino a visitarme una gran amiga y hablándome me dijo en varias ocasiones: - Rosana, esto... Rosana, aquello... Después lo reflexioné a la luz de la Palabra de hoy y es cierto. Me estremecía, me llenaba de gozo cada vez que escuchaba mi nombre. Por eso hoy te invito a decir el nombre de Jesús o de María en la soledad, sentado entre las sombras de los callados pensamientos... Y lo dirás sin palabras y sin razón, como un niño que llama a su madre cien veces, contento sólo con poder decir "Jesús", "María".


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