
El desierto es ese lugar de paso. El Espíritu nos empuja en este tiempo, pero nos devuelve transfigurados, así les pasó a los monjes primitivos como Antonio.
Este lugar es donde te puedes conocer a ti mismo, descubrir tu identidad.
Esta semana que viene será el MONTE. Este lugar tan significativo para la Escritura, donde se ora. Subamos a la montaña y encontrémonos con Jesús cara a cara, transfigurado y nuestra vida será también transfigurada.
En nuestro monte oramos y en esta oración descubrimos quién es realmente Jesús para nosotros.
Nuestro Padre San Bernardo nos dice para este tiempo de preparación para la Pascua, la misión de un pastor es vigilar a sus ovejas en varios aspectos; y entre ellos está la oración. Vigilar en la oración por sus continuas tentaciones, para que no se encoja de miedo.
Te invito a pasar del DESIERTO en el que descubres quién eres tú, al MONTE donde descubres en la oración quién es Jesús.
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