Sin embargo, al escucharlo, no puedo negar que me gustó. Hoy lo vuelvo a traer a la memoria cuando medito las lecturas del día.
Me muestran a María como una mujer no pasiva, si no dinámica. Los verbos me hablan de ello: se levantó; se fue; entró; saludó y algo sucedió. Pero, ¿qué sucede? que el Espíritu Santo llenó a Isabel.
Si hoy nos acercamos a María como mujer misericordiosa, dinámica, pronta a escucharte, es muy posible que algo te pueda suceder: ser lleno del Espíritu Santo. Así vas a poder unirte al salmo de jubilo a Sión.
Porque Dios siempre está en medio de ti. ¡NO TEMAS!
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