La segunda cosa que ocurre cuando el Espíritu transforma tu vida es que hará que camine con Dios.
Es imposible caminar con el Señor sin su Espíritu Santo ayudándolo y capacitándolo. El Señor dijo a través del profeta Ezequiel:
"Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas". (Ez 36,27)
Si miramos las normas podemos pensar: "¡No hay forma en que pueda guardar estas leyes!" Y tienes razón. Con nuestro poder es un fracaso asegurado. Pero, con el Espíritu Santo tú harás Su Voluntad. Cuando somos llenos del Espíritu Santo, somos llenos con Jesucristo. Ya no pensamos más de Cristo como Alguien que nos ayuda a llevar a cabo alguna clase de tarea sino que, por el contrario, Jesucristo hace la obra a través de nosotros.
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