Hay un dicho popular: "es de bien nacidos ser agradecidos". Y así se vivió. El agradecimiento ensancha el corazón, por el contrario la ingratitud es un vicio pésimo, nos dirá San Bernardo de Claraval.
Este monje cisterciense, como nosotras, nos exhorta a que cuando tengamos beneficios no los veamos como algo natural. Porque, entonces olvidamos el carácter gratuito de cuanto hemos recibido y abusamos de la familiaridad con Dios.
Lo que nos impide progresar en la perfección es la ingratitud.
Uníos a la comunidad para dar gracias a Dios por todos los beneficios y hasta por esos momentos en que todo parece mas oscuro.
ALABADO SEA DIOS!!!
DAD GRACIAS AL SEÑOR POR TODO, como nos dice San Pablo.
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