domingo, 14 de enero de 2018

XII Encuentro Monástico...

Un nuevo Encuentro Monástico se vivió el día de ayer en nuestra comunidad Cisterciense de San Bernardo. Se podría calificarse como el encuentro del coloquio, porque el compartir vivencias y experiencias personales fue la nota común.

Podemos clasificar el encuentro en dos momentos: por la mañana y por la tarde, en ambos se vivió la oración comunitaria y personal.

Por la mañana:

Como en otros encuentros la primera parte es más desde la Escritura y esta vez han sido las tres parábolas de la misericordia las que nos ha llevado a cuestionarnos en el Dios en qué creemos, ¿el Dios de la ley o el Dios que ha perdido la cabeza por nosotros? Esto nos llevaba a reflexionar sobre la propia historia. Los bloqueos nos pueden paralizar para no ver que todo es para bien de los aman a Dios.


Otro punto que podemos destacar es el objeto de la búsqueda de Lc 15: son los publicanos, con quienes no vale la pena perder el tiempo, porque ya están (para la opinión pública) anclados en su situación, de Jaque no pueden salir; no son personas de quienes se pueda esperar mucho, porque su oficio les obliga a actuar de un modo estereotipado; son, por tanto, pecadores, pecadores públicos, es decir, personas que no pueden cambiar su forma de actuar. Vemos cómo esta actitud se reproduce cada vez que criticamos a los demás o somos criticados nosotros mismos; cuando decimos o se nos dice que es una pérdida de tiempo interesarse por personas o situaciones de las que no vale la pena ocuparse. Nos sentíamos identificados con esos publicanos.

Creo que lo que compartimos en esta mañana será un motivo para orar. Orar lo compartido y orar unos por otros.


Por la tarde:


Tras la oración ante el Santísimo se dio paso a dialogar sobre el texto titulado, "conviértete en buscador de tesoros". Trataba sobre unas bolsitas que contenían pelusas calientes.


Amor:

Para los que participaron en el encuentro comprendían que esas pelusas eran el amor oblativo. Ese amor que sana. Pueden faltarnos muchas cosas en la vida, pero el amor que no falte y no se agote. Cuanto más das, mas tienes para seguir regalando. Solo puedes cargarte de este amor en la fuente de la oración.


Valores humanos:

Se compartía que si solamente se viviesen los valores humanos, el mundo sería muchísimo mejor. Pero, esos valores humanos no se pueden separar de Dios. El hombre está llamado por su naturaleza a ser humano y divino.

El perdón:

El cuento nos describía lo que hacían las pelusas calientes, sus efectos... pero llego un momento en que salieron pelusas frías. Estas brotan cuando te apropias de algo, entoncces te entra el miedo, estos miedos lo que hacen es paralizar, son muros que no dejan vivir tranquilamente. Cuando se está lleno de pelusas frías no encuentras armonía, quietud.

No se veían como algo negativo el tener y dar pelusas frías porque a veces es necesario sacarlas para despertar del adormecimiento en el que se está; además al darlas te hace recapacitar y te conduce a pedir perdón. El pedir perdón cuesta, pero la persona que lo da denota que tiene mucho valor porque la lleva a la humildad. Saber pedir perdón es una herramienta curativa.


Puntos importantes a recordar: ESCUCHAR AL OTRO; DEDICAR TIEMPO AL HERMANO; PERDER ESE TIEMPO QUE TANTO CUESTA; OBSERVARNOS QUE TIPO DE PELUSAS FABRICAMOS MÁS.

Muchas gracias Inés, Magdalena, Abel, Flor, Isabel, Mercedes, Esperanza y Carmen, cada uno de vosotros formáis esta pequeña comunidad que se va creando. Oramos por vosotros durante este tiempo, no os olvidéis de la tarea: ¿Qué pelusas tengo dentro de mí? ¿qué pelusas me reparto a mí mismo? ¿cómo me puedo regalar pelusas calientes a mí mismo? Importante: a ti mismo.


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¿Qué son los encuentros monásticos?...

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