Os comparto los pensamientos de una novicia. Esos pensamientos que mucha veces nos quieren hundir. Ella les pone unos nombre muy originales: Ogrete...
" Cada día saludo a mi Ogrete. Ogrete es enfadón y peludo. Ogrete muchas veces me dice al oído: "Pero ¿qué se creen estas chicas? Si tú eso lo bordas, si tú no necesitas que te digan, si ya lo sabes tú requetebién, si tú ya de pequeña jugabas a ser oficinista, eh?".
Ogrete, calla, por favor, que me desconcentras. Ogrete, tienes razón, pero no toda la razón. Ogrete, te me enfadas y yo lo que quiero es sonreír, que me han dicho que es bueno para el cutis. Ogrete, recuerda que deseo bailar al son de la vida y llevar un sombrero de flores de caléndula y no estar todo el día pensando en ser valorada, reconocida y ultraconsiderada. Ogrete, respira. Ven que te abrace.
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