El perdón...

La liturgia de hoy es apasionante, porque la clave es el perdón, el amor, la misericordia.

Hace poco leía en un libro que el perdón se sitúa a tres niveles:

- El perdón a los demás.

- El perdón a sí mismo.

- El perdón a Dios.

Cuando se descubre por primera vez que se debe perdonar a los demás, este descubrimiento puede ser dramático para una misma, porque se puede pensar que no se tiene nada que perdonar a nadie. Se piensa que estas en paz. Sin duda, se puede tener problemas, pero no dificultades grandes respecto del prójimo.

Por otro lado, usualmente sólo creemos lo que experimentamos. Cuando hayamos tenido ocasión de perdonarnos a nosotros mismos algún hecho doloroso que nos ha marcado en lo profundo, cuando hayamos tenido ocasión de constatar los efectos del perdón, solamente entonces llegaremos, tal vez, a creer en la fuerza sanadora de la actitud perdonante frente a Dios, a los demás y a nosotros mismos.

¡¡¡¡PERDONAR ES UN CAMINO!!!

Fotos de Almuñécar

enviadas por una lectura de este blog. Gracias por compartirlas.