Comenzamos lo que se suele llamar el tiempo ordinario. Me surgía el dilema: ¿cómo hacer de lo ordinario extraordinario? Creo que será necesario hacer un viaje hacia el interior.
Te invito a dejar a lo largo de esta semana un tiempo "libre" para hacer ese viaje interior. Consistirá en lo siguiente: Por unos minutos apaga la TV; el Móvil; la música; las conversaciones; todo ruido exterior; todo mecanismo de evasión. Cierra los ojos y toma conciencia de que existes, de que eres una mujer o hombre que siente, vive... Respira profundamente y aunque aflore la turbación, inquietud, el desorden... sigue respirando. Y, tengas o no tengas fe, grita en tu interior: "¡Si algo puedes, ayúdame!" "¡Jesús, ayuda a mi poco fe o en mi incredulidad! Deja que el gesto de Jesús de tomarte de la mano y levantarte sea un momento restauración, de volver a la armonía, de volver a tu casa interior, de volver a Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario