"Jesús dice: Yo no estoy solo, porque está conmigo el Padre".
Cuando te sientas solo, - dice H. J. M. Nouwen- debes intentar descubrir la fuente de este sentimiento. Eres propenso a escapar de tu soledad o bien a permanecer en ella. Cuando huyes de ella, tu soledad no disminuye realmente: lo único que haces es obligarla a salir de tu mente de manera provisional. Cuando empiezas a permanecer en ella, tus sentimientos no hacen más que volverse más fuertes y te vas deslizando hacia el mal. La tarea espiritual no consiste en huir de la soledad ni en dejarse anegar por ella, sino en descubrir su fuente. No resulta fácil de hacer, pero cuando se logra identificar de algún modo el lugar de donde brotan estos sentimientos, pierden algo de su poder sobre ti.
Esta identificación no es una tarea intelectual; es una tarea del corazón. Con el debes buscar ese lugar sin miedo. Se trata de una búsqueda importante, porque conduce a discernir algo de bueno sobre ti mismo.
QUE EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDE A DESCUBRIRLO
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