Cuando ayer por la tarde sonaba el timbre de la portería y al entrar en el locutorio me encontré con el alma de los Encuentros Monásticos para felicitarme fue una de la sorpresas que me dejaron sin palabras, sin aire para respirar... La emoción, la alegría y el agradecimiento brotaba en mi corazón.
Pero no sólo yo sino también toda la comunidad, que luego salieron a pasar un rato con estas hermanas que se acercaron la tarde del 15, sentían esa misma alegría.
No me salen muchas palabras porque en el corazón hay mucha emoción por lo vivido.
Os agradezco de corazón a todos los que firmaron esa tarjeta que os dejo:
Concluimos con la Exposición al Santísimo y rezando vísperas:
Gracias por hacerme pasar una tarde tan bonita. Gracias por vuestra presencia y lo recibido. Gracias porque Jesús Vivo nos une en su AMOR.
¡¡¡GRACIAS Flor, Isabel, Inés, Magdalena, Mercedes, Abel, Esperanza!!!
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