viernes, 14 de abril de 2017

El rostro...

MEMBRA
JESU NOSTRI

Se atribuye a Bernardo de Claraval, S. XII

Hacia el rostro

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame en tu misericordia.
Salve, cabeza ensangrentada,
totalmente coronada de espinas,
sacudida, herida,
con cañas golpeada,
faz cubierta de salivas.
Ya que es necesario que yo muera,
no me abandones entonces,
en la hora terrible de la muerte,
ven, Jesús, no tardes,
para protegerme y liberarme.
Cuando me ayudes a salir de este mundo,

Jesús querido, aparece entonces;
amante a quien deseo abrazar
mostrándote a Ti mismo
en la cruz de la salvación.

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