Hoy la liturgia nos presenta el texto evangélico del Joven rico. Es curioso que va corriendo donde Jesús, le presenta sus dudas y termina volviendo a su casa triste, pero con algo que no le ha dejado tranquilo. Me detengo aquí un momento, el joven se va a su casa, porque desearía preguntar a este joven: «¿Por qué
sigues haciendo preguntas? ¿Por qué no dices: “Gracias, Señor, todas estas
cosas las he observado ya y me voy a casa contento”? ¿Por qué te buscas
problemas, haciendo una última pregunta que te hará sentirte mal?». El joven
podría responder: «Sentía que a pesar de todo no estaba satisfecho. Mi pregunta
era sincera. Lo hacía todo bien, tenía amigos, administraba bien mis riquezas,
me consideraban una persona honrada, pero soy joven, me siento llamado a hacer
grandes cosas en la vida, quiero saber..,».
En el fondo de nosotros mismos se encuentra esta exigencia de algo más: sentimos
que hacer «razonablemente bien» las cosas no basta. O, mejor dicho, hacer
razonablemente las cosas es imposible si no nos abrimos a algo más.
Hoy te puede pasar esto mismo a ti, ¿por qué no buscas otras alternativas a tu vida? Escucha en tu interior algo se puede estar encendiendo.
Este pasaje del evangelio me ha desazonado siempre, pues soy un viejo (casi 77 años) cristiano que, ante esa invitación de Jesús, "me iba triste". Y es que el planteamiento asusta: Vende todo y ya. El otro día volví a contemplar la escena y, una vez más, me iba (soy un burgués, orgulloso, intelectualmente preparado, bien visto en mi sociedad, vamos un "rico"). Pero esta vez fue el mismo Jesús el que me dijo: "Espera", no te vayas. Y aquí viene mi esperanza de conversión. Me pide que me ponga en camino, que vaya dando, que me vaya desprendiendo, que aprenda a mirar al otro, que aprenda a pedir perdón en mis seguros tropezones futuros y volver a empezar. ¿O es que Pedro no era su discípulo y se portó como un cobarde?. ¿o es que no le abandonaron todos en la Cruz?. Soy rico, Señor, estoy apegado a cosas, honores. Pero Tú me ayudarás a ir desprendiéndome poco a poco hasta no tener más que a Tí.
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