Ayer, se celebraba el NOMBRE DE JESÚS. Deseo dejaros un texto de San Bernardo de Claraval que no tiene desperdicio:
“Mas el nombre de Jesús no es sólo luz, también es alimento. ¿No te sientes reconfortado siempre que lo recuerdas? ¿Hay algo que sacie tanto el espíritu del que lo medita? ¿O que pueda reparar tanto las fuerzas perdidas, fortalecer las virtudes, incrementar los hábitos buenos y honestos, fomentar los afectos castos? Todo alimento es desabrido si no se condimenta con este aceite; insípido, si no se sazona con esta sal. Lo que escribas me sabrá a nada, si no encuentro el nombre de Jesús. Si en tus conversaciones, controversias y disertaciones no resuena el nombre de Jesús, nada me dicen. Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón.
Y también es medicina. ¿Sufre alguno de vosotros? Si penetra Jesús en su corazón y de allí pasa a la boca, inmediatamente clareará la luz su nombre, y disipándose toda oscuridad, volverá la serenidad. Cuando alguien fluctuaba zarandeado en un mar de dudas, ¿no vio brillar la certeza en cuanto invocó la luz de este nombre? Si pronuncio este grito de socorro, ¿le faltaron las fuerzas al que, a punto de desaparecer, se desesperaba en la adversidad?”.
Hoy y Mañana: ¿Alguna vez te has preguntado quién es Jesús? ¿Has encontrado respuesta? La liturgia de hoy y de mañana nos puede dar alguna clave.
Hoy, el mismo Jesús nos dice: "Venid y lo veréis".
Mañana, nos dirá Felipe, después de escuchar ese "SÍGUEME": "Ven y verás".
Quieres conocer a Alguien? vete donde Él, es el único que te puede dar respuestas auténticas y creíbles.
El AYER, HOY Y MAÑANA:
Y, Jesús? Ven y lo verás.
Te invitamos a un encuentro:
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