El domingo se clausurará el año de la misericordia. Un tiempo de gracia inmensa.
En este año Dios ha venido a visitar el sufrimiento de muchas personas. Su misericordia va a visitarnos de manera especial ahí donde estamos heridos, donde nuestro corazón es un corazón de piedra, ahí dónde aún se encuentra cerrado. Cuando el corazón se encuentra cerrado es como una tumba, tumbas que encierran algo de muerte. Y cunado la misericordia de Dios nos sana y abre nuestras tumbas es como una obra de resurrección que el Señor hace en nuestras vidas. Por eso tenemos que ponernos del lado de la misericordia, de la vida, de resurrección. Aunque se termine, hay que seguir de ese lado MISERICORDIOSO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario