lunes, 15 de febrero de 2016

¿Dónde te encuentras?...

Muchas veces en la vida, ante cuestiones que tenemos que resolver deseamos conclusiones inmediatas. Tener explicaciones para todo. Y se nos olvida que es el Espíritu Santo quien actúa. Hoy podemos dejar por unos minutos nuestra actitud mecánica, analítica... y dejemos con palabras de San Ignacio: " sentir y gustar de las cosas internamente".

"Un poco más... sentir"

Esto es orar... "sentir y gustar un poco más..." es la relación entre el hombre y el Hijo del hombre.

C. Mª Martini nos invita a ver cual es nuestro puesto en esta escena del evangelio de Mt 25,31-46, que hoy la liturgia nos presenta:

* Situarnos fuera: Nos podemos decir: ¿Quiénes son los pobres, quiénes son las gentes, qué quiere decirnos Jesús, qué quiere decir la expresión "No te conocimos"? Podemos permanecer ahí indefinidamente, debatiendo sobre la parábola en sí misma.

* O bien podemos meternos dentro: "Señor, ¿dónde tengo que estar?

- Me pongo en la posición del pobre y doy gracias, porque no necesito hacer que los otros me acepten, ni imponerme; es el Señor quien defiende mi causa, quien me sostiene.

- O bien puedo incluirme entre los justos y doy gracias porque el Señor, me concede vivir mi vida sirviendo a los hermanos, en una relación real contigo.

- O entre quienes no comprenden: "Señor, explícame cuándo no te vi". Puede que aquí nos veamos sumergidos muchas veces, cuando nos cerramos extrañamente, de un modo insensato, a las necesidades concretas y reales de la situación en que vivimos.

Encontrémonos donde nos encontremos, esta parábola trata del significado de toda nuestra vida, del significado del mundo: no se trata de añadir sólo un poco más de aroma a nuestro vino viejo, sino de ver realmente si el odre está bien, si hace falta uno nuevo, o si es necesario también vino completamente nuevo.





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