Hoy repican las campanas y los monjes y monjas salen presurosos al coro para dar gracias a Dios por la vida de San Roberto, Alberico y Esteban. La acción de gracias comienza con un himno que reza así:
" Movidos por el Espíritu la soledad eligieron
para contemplar a Dios y a Él darse por entero.
El Císter nació movido de ansias de verdad y anhelos
de pobreza y sencillez, y amor a Dios y al silencio.
Ya sólo agradar a Dios es su firme pensamiento,
y hacer de la caridad su estímulo verdadero.
El carisma monacal crece lozano en su tiempo;
la vida comunitaria es su clima y es su centro ".
Estos hombres son misericordiosos, su esperanza no se acabó con ellos; sus bienes perduran en su descendencia.